¿Había algo que celebrar ayer?

Este sello llegó a existir realmente (ver aquí)
Prefiero tratar el tema del aniversario de la Constitución hoy, que es laborable, en lugar de ayer, festivo, día de menos visitas al blog. Prefiero dar la oportunidad a los lectores de hacer comentarios a la vista de las distintas noticias/anécdotas generadas tras la festividad.

En el programa de Radio Nacional "Asuntos propios", Toni Garrido preguntaba a sus oyentes si pensaban que la Constitución estaba bien como estaba o había que modificarla. Antes de empezar a escuchar opiniones, dije en voz alta: "No es cuestión de cambiar la Constitución, lo que hace falta es aplicarla". Mi mujer respondió: "Eso es más complicado".

Creo que el problema radica ahí precisamente, en ser capaces de poner en práctica una serie de previsiones que contiene el artículado de la Constitución y que, poco a poco, se han ido olvidando (si es que alguna vez la ciudadanía supo que existían). La verdad es que la Constitución Española, como luego ocurriría con la europea (¡vaya fiasco!) fue aprobada por los españoles sin entenderla y, la mayoría, sin leerla. Por cierto, que Toni Garrido cometió un error en su programa: dijo que los mayores de todos los que ahora tienen más de 51 años pudieron votar en aquel referendum, pero no es cierto, pues la mayoría de edad no estaba establecida en 18 años sino en 21. Yo, por ejemplo, tengo 52 años, pero no pude votarla. La pudieron votar los que tienen ahora 54 años o más.

¿Qué habría hecho yo en aquel entonces? Pues conservo algún recuerdo y estoy por decir que la habría votado a favor. Es cierto que muchos izquierdistas pedían la posibilidad de elegir entre un sistema monárquico o republicano; otros, más nacionalistas, pedían el reconocimiento de los Fueros Valencianos. Pero no es menos cierto que los políticos de aquel entonces supieron hacer un ejercicio de equilibrismo para dar cabida a la mayoría de pretensiones, generando un texto constitucional que era lo más parecido a una carta a los Reyes Magos. Un texto lo suficientemente ambiguo para que pudiese servir a gobiernos de distinta ideología.

Pero lo que quizás muchos no vivieron, o no recuerden, o no quieran recordar, que los españoles sentíamos en el cogote el aliento de los militares. Muchos políticos estimulaban la participación en el referendum de la Constitución diciendo, más o menos, "o esto o el Código de Justicia Militar", y no era cuestión de andar jugando, que en aquellos momentos las revoluciones estaban muy mal vistas. Es más, en 1978 era la extrema derecha la que se oponía a la Constitución y defenderla era una forma de desmarcarse del franquismo.

Ahora, 33 años después, no tengo más remedio que darle la razón a Cayo Lara en lo que dijo ayer: la Carta Magna es ahora "papel mojado", después de que el PP y el PSOE la hayan dejado "totalmente devaluada" con su reciente reforma. Además, Cayo Lara afirmó que los partidos mayoritarios  "la violan" cada día. El texto Constitucional, fruto de un consenso en 1978, sufrió hace un par de meses una "reforma expres" en la que únicamente participaron PP y PSOE, y así no se hacen las cosas.

Hoy, esta Constitución, símbolo para muchos de la reconciliación nacional, todavía no ha conseguido sellar las diferencias entre las dos Españas (que nos siguen helando el corazón). Por destacar alguna de las tareas inconclusas, diré que sigue sin resolverse la cuestión federal, la separación Iglesia-Estado sigue siendo una asignatura pendiente y todavía no se ha legislado adecuadamente para garantíar la necesaria separación entre los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.

¿Qué piensan los lectores?