Resultado de nuestra investigación sobre los fallos del alumbrado


Cada uno es libre de creer o no creer las cosas que se publican, pero os aseguro que las cosas no suceden por casualidad (y en Ibi mucho menos), todo tiene su explicación. Para nuestro Grupo las cosas han sucedido así:

El mantenimiento del alumbrado público funcionaba, hasta julio de este año, de forma razonable. Nada justificaba un cambio en el servicio, si acaso dotar a los electricistas de algo más de material, pero por lo demás el nivel de incidencias estaba en niveles muy razonables y éstas se subsanaban en tiempos adecuados. Las quejas vecinales al respecto eran anecdóticas, y eso considerando que el servicio estaba cubierto con tan sólo dos personas.

Pero alguien debió pensar que ahí podía haber una linea de negocio, y se puso manos a la obra:

Primero decidió eliminar el complemento de guardias a los dos funcionarios, por lo que estas personas, al no cobrar dicho complemento, dejaron de prestarlas. Para el que no lo sepa, a meses alternos estos dos funcionarios permanecían de guardia, lo que implicaba estar permanentemente localizables y acudir a las averías que se les notificaran. Si podían efectuar la reparación en ese momento la hacían, y si no al día siguiente a primera hora reparaban el problema.

No contento con esta medida, decidió empezar a reducir las horas de encendido del alumbrado. Pero como eso se aplicó en septiembre, no se notaba mucho. Así que decidió, además, reducir en un 33% ó 66% el alumbrado, de forma y manera que había calles en las que solamente funcionaba una de cada tres farolas.

Viendo que el servicio no se deterioraba lo suficiente, además decidió paralizar la compra de material eléctrico, lo que supuso, de facto, no poder realizar las reparaciones oportunas. Por eso hay calles que carecen totalmente de alumbrado público, porque no se ha comprado el material necesario para acometer las reparaciones oportunas.

Estamos ya entre finales de octubre y primeros de noviembre. Empiezan a multiplicarse las quejas, porque el alumbrado público funciona de pena. Los electricistas municipales intentan, con su escasez de medios materiales (e incluso desoyendo las órdenes directas de reducción de consumo) que el servicio esté en los niveles más aceptables posibles, pero aún así las incidencias se disparan. Para colmo, la cadena de información no funciona como es debido, y muchas incidencias no se les comunican directamente, e incluso algunas ni le son notificadas.

A primeros de diciembre, con el servicio muy deteriorado e incluso con quejas de los periodistas de RNE que nos visitan por esos días, entra en acción EL NEGOCIANTE, nuestro querido compañero y Concejal el Sr. Agüera, y decide, con vistas a solucionar tanto desmadre y descontrol, privatizar el servicio y otorgarle la concesión del mantenimiento del alumbrado público a una empresa privada. Naturalmente, la empresa agraciada es de la localidad, muy cercana al NEGOCIANTE, imaginamos que para poder tener un trato directo con ella, casi casi casi FAMILIAR.

En descargo del NEGOCIANTE diré que, según él, el servicio costará mucho menos de lo que costaba pagando los complementos en nómina a los electricistas municipales. Pero eso está por ver.